10 noviembre 2007

Ánimo

Cuesta mucho trabajo ponerse a escribir sobre el equipo tus amores cuando los resultados no son buenos y cuando hay pocas cosas positivas a las que agarrarse. La ilusión por el equipo es algo que va y viene, y esta temporada a alguno nos está costando mucho que se quede un rato a nuestro lado. Si nos ceñimos a los números, la realidad es mejor que las sensaciones que tenemos muchos aficionados. Cuatro victorias en los últimos cinco partidos, el equipo metido entre los cuatro primeros, que es el verdadero objetivo, y si nos olvidamos de una vez del supersónico Mirandés, pues tampoco estamos tan mal.

En lo institucional, seguimos como estábamos, sin las cuentas claras, enfilando el mes de noviembre sin el presupuesto aprobado, y con los jugadores sin cobrar, algo que ya es público y reconocido, aunque hace semanas que se cuchicheaba en los ambientes gimnásticos. Por otra parte, los del cencerro siguen embistiendo a todo lo que se mueve, eso si que no cambia, y luchando por acceder a su cuota de miseria en su afán de salvadores de la patria azulgrana. Poca cosa más.

Esta temporada andamos todos un poco “plof”, y es que hasta las gradas de La Albuera lucen más hormigón que de costumbre. El equipo no engancha, y eso no significa que no tenga capacidad de jugar el play-off, pues el resto de equipos del grupo, exceptuando al ya mencionado Mirandés, no están para tirar cohetes. La falta de perspectivas de futuro de los gimnásticos hace que algunos disparen sin sentido. Esta semana me comentaba Ramsés en su visita a El Adelantado que este año estaba alucinando con los gritos que llegaban de la grada en los partidos de casa. Algunos acusan y señalan a los jugadores desde el inicio del partido. No se explicaba como algunos supuestos aficionados del equipo que él capitanea en vez de ayudar y animar, se dedicaban a menospreciar a los suyos. Hasta los siempre incansables Segovirras, parecen más tranquilos y menos animosos que en otras temporadas. Quizás la descomposición institucional del club esté detrás de esta actitud de la grada.

Mi conclusión es que tenemos que animar al equipo. Primero subiendo a La Albuera, con espíritu positivo, perdonando los errores y metiendo presión a los rivales. No vamos a hablar de llenar el campo, que eso no va a suceder, pero por lo menos que los que acudimos al fútbol apoyemos todos en la misma dirección. Y después si alguno no estamos de acuerdo con lo que sucede en los despachos azulgranas, lo denunciamos, buscamos posibles soluciones y arrimamos el hombro un poco entre todos. Gran ejemplo el de la afición del Athletic de Bilbao, la cual en las últimas temporadas de su equipo, con un palco que echaba chispas, y con un equipo flirteando con el descenso a segunda, hicieron piña apoyando a muerte a los jugadores en San Mamés y en muchos desplazamientos con movilizaciones masivas. Al final el equipo continúa en Primera, ha habido cambio en la presidencia, y seguro que llegarán tiempos mejores. Y es que al final el activo más importante de un club son sus aficionados.


1 comentario:

Diegosego dijo...

La verdad es que hay ciertas diferencias entre el athletic de Bilbao y la segoviana, que en mi opinión hacen que la segoviana necesite algo más que el equipo bilbaíno para conseguir lo mismo. (hablando en relativo, pues me refiero a lo mismo como cumplir sus objetivos)
La afición del Athletic ve al club como un monumento más a preservar del patrimonio bilbaíno y vasco, mientras que en Segovia hay muchos que ven al club como la pesadez que hay que soportar en la información local, esa información que relacionan más con las "vulgares" (según ellos) fiestas populares que con la modernidad o transcendencia de las noticias nacionales, sean de política o de fútbol profesional.
En Bilbao, en el Athletic ven sus ideales reflejados en el equipo.
En resumen, los segovianos no se identifican con lo que de verdad les pertenece y se adhieren a las masas globalizadoras de equipos de fútbol de primera, en una subordinación absoluta a lo que nos digan los demás. (esto pasa en todos los órdenes, sociales, políticos, y lamentablemente hasta culturales, pero esto es ya otra historia)
En cualquier caso, y volviendo a la segoviana, en tiempos de inestabilidad como este, lo que hay que hacer es intentar salvar los papeles de la segoviana y no volver a vivir una situación como la vivida tras el descenso.
En lo deportivo, confío en el equipo, que están demostrando que son menos mercenarios de lo que se dice de ellos.
Venga, a por la Hullera, o más bien, a por los tres puntos.